Todavía no sé bien ¿cuándo me convertí en mamá?
¿Cuándo vi como brillaban 2 rayitas rojas en la prueba de embarazo y me dio panic attack? (las que me conocen de cerca saben perfecto esa historia) ¿Cuándo fuimos @erick_gonzlaez_angulo y yo a oír sus primeros latidos en el ultrasonido y te das cuenta que en efecto hay un ser viviente creciendo en tus adentros? ó ¿cuándo el 13 de marzo del año pasado conocimos a Gael así bien chistocito pesando sus 2 kilitos 800 gramos?
¿Será que esos sucesos te convierten en madre? Así como ponerle un sello a tu pasaporte; o en realidad son las cosas que vas haciendo en el día a día, los primeros meses…. o años… los que te van dando poco a poco el título de “mamá”. Creo que es mas la segunda. Que ser mamá no es parir, sino es SERLO día a día, todos los días (y noches…)
Me convertí en mamá al quitárseme la pena de sacarme una boobie en el centro comercial cuando Gael moría de hambre. Me convertí en mamá cuando lo interné en urgencias a sus 7 meses por una gastroenteritis que lo deshidrató y me asusté de más. Me convertí en mamá cuando mis manos recogieron pipi, popo, pupu, mocos, baba, flema y/o cualquier otro fluido o secreción corporal de mi chaparro y me dejó de dar asco (¡Yo! la mas asquerosa!).
Me convertí en mamá cuando me llenó de sopa de chayote la cabeza, o cuando cambié el Centro Comercial por Amazon y el super por @CornerShop (¡lo amo!) con tal de ganar tiempo en mi maratónico día de mamá-godin (que además entrena 1 hra diaria en el gym porque #recuperandome). Me convertí en mamá cuando me emocionan 300 gms arriba en su check-up mensual y si, me convertí en mamá cuando regañe #MegaIntensa al papá por no cumplir al pie de la letra el listado de pendientes cronológicos y horarios cuando se quedan solos los dos a ver el futbol y mamá al fin puede darse un manicure de emergencia.
Me convierte en mamá él, todos los días, todas las mañanas, cuando me da los buenos días babeandome la cara. Cuando me dice “ba-da” (entiéndase por mamá en idioma Gaeleano) y siento hormiguitas en la panza. Cuando llego a recogerlo a su escuelita, me ve desde lejos, grita de emoción y me hace ¡hola! con su manita. Cuando me sorprende con los nuevos hitos de desarrollo que va mostrando y me da nostalgia lo rápido, ¡rapidísimo! que esta creciendo y si… cuando me pongo nostálgica y quiero detener el tiempo.
Dice la mercadotecnia que hoy es mi día, que hoy debo recibir regalos, flores… cualquier cháchara. En realidad no me gusta tanto…. porque mi regalo es ese: haberme convertido en mamá por él y para él.