El 19 de diciembre del 2013 escribí el post “El 2014 será mi año” sin tener ni idea de lo que el 2014 en realidad me depararía. En ese post me prometía correr mi primer maratón, seguir con mi estilo de vida saludable y bueeeno, lo cumplí de panzazo “literal”. Hay un dicho que dice “Si quieres hacer reír al destino, cuéntale tus planes”. Yo no me imaginaba que el 2014 traería tantos terremotos y transiciones de todo tipo. Empece el año con el pie izquierdo en el hospital con neumonía e influenza. A partir de ahí comenzó una rachita de eventos desafortunados, robos, pérdidas y descontrol. Todo colapso cuando a medio año cerré un importante y muy viciado ciclo de casi 5 años con una persona que aunque me dejo muchos aprendizajes, ya no estaba aportando nada en mi presente ni mucho menos en mi futuro.
Ojo, no estoy diciendo que el 2014 fue malo, simplemente fue un año donde todo se salió de su cause normal, la “control freak” tuvo que soltar el timón y dejarse llevar por los mares de lo desconocido. Ajustar planes, cambiar direcciones y si, cargar con unos kilitos de más. Mi repentino cambio de rutina y de vida, me llevó a recordar las noches de fiesta, las cenas fuera y las desveladas, lo que me generó un retroceso a mi metabolismo pero un avance a mi felicidad. Pude entender el significado de equilibrio, aunque todos decimos que “nada en exceso es bueno” no lo sabemos realmente hasta que lo vivimos. Aprendí a disfrutar una cena en un restaurante italiano y unas copas de vino tinto como hace tiempo no lo hacía, casi tanto como una mañana de correr por Chapultepec y un jugo verde al terminar.
En el 2014 cumplí 30 años y me gusta ver en lo que me convertí. Me gusta lo que la nueva Ely es y lo que estoy a penas formando. Me gusta estar rodeada de los amigos que tengo y de haber alejado a las personas nocivas que de forma natural se fueron de mi vida.
Este año trajo evoluciones, transformaciones y una gran confianza en mi misma. La re-confirmación de que después de la tormenta siempre viene la calma, que cuando mas oscuro está la noche es porque está a punto a amanecer.
Justo cuando mi futuro laboral se veía incierto y crítico, cuando parecía que todo se iba a derrumbar… ¡pum! llega una oferta de algo mejor, de algo mas grande y de algo que hoy me emociona mucho. Emoción que esta latente gracias a que tengo con quien compartir esos logros, alguien que por fin cumple las casillas del checklist que tanto decretaba, alguien que en su afán por hacerme reír, se ríe conmigo y me contagia de su buena vibra y nuevamente ahí apareció la mencionada lección: justo cuando todo se empezaba a tornar medio nublado, cuando perdía las esperanzas en los del género masculino, cuando experiencias fallidas, una tras otra, me empezaban a cansar, llegó sin buscarlo, sin imaginarlo, sin si quiera notarlo y se instaló para quedarse lo cual me hace cerrar el año inmensamente feliz.
No tengo mas que un inmenso sentimiento de gratitud en este cierre de año, nuevamente el balance general sale a mi favor, una persona que tuvo el valor de soltarme y dejarme ser feliz, un viaje a Las Vegas inesperado con mi hermana por elección, la oportunidad de conocer mucha gente nueva y oír muchas historias, un puente de 16 de septiembre en Cancun con dos amigas que adoro, reencontrarme con algunas otras que habían estado lejos, un cumpleaños no. 30 en paz y con mucha reflexiones, la grandísima posibilidad de viajar a Nueva York y correr un maratón pero sobre todo, de los agradecimientos mas grandes de este año fue haber conocido a la persona que me devolvió la esperanza de creer en el amor, de hacer mi corazón latir y aunque suene cursi, ya saben que lo soy un poco, de enseñarme que valía la pena volverlo a intentar.
A todos ustedes que me leen, gracias infinitas por estar presentes, por sus comentarios, positivos o hateros, por tomarse el tiempo, por sus mails, por sus preguntas, por darme fuerza y sentir que debo ser mejor para no fallarles, les deseo un 2015 lleno de magia, de sueños cumplidos y de nuevas metas por conquistar, de certeza y paz, pero sobre todo, de una vida tan increíble que cuando la estén viviendo, duden si están despiertos o soñando.